Cada historia que me mandáis es especial, todas las mujeres que pasamos por esta dura lucha estoy convencida que somos de otra pasta como suele decirse por increíbles, grandes y luchadoras. Hoy tenemos la suerte de que nos cuente su historia @Julieta_Loquita, una de mis primeras amigas infértiles, y por suerte una mujer maravillosa a la que ya he tenido el placer de poder conocer en persona. Me gusta esta historia porque va a tocar el tema de la edad, un tema que muchas veces nos pesa como una losa.
Julieta tu historia me ha hecho llorar, y sólo tengo un deseo para ti, que seas madre. Porque te lo mereces, por buena gente, por sencilla, por ser una tipa genial y porque sé que vas a ser una madre excelente. Gracias por compartirla con nosotras.
Hola chicas,
Soy Julieta, tengo 42 años y hoy quiero contaros un episodio de mi historia porque dentro de poco quiero retomar un proyecto que durante un tiempo, quizás bastante tiempo, ha estado aparcado. De hecho, si no os he contado nada todavía es porque tenía miedo de enfrentarme otra vez a éste y quería encontrar la respuesta en mi intimidad.
Muchas incluso habréis dudado de mí, en algún momento, porque veíais que hablaba de exámenes, de la laparoscopia o de irme a la India de ong pero nunca habéis leído que estuviera en betaespera o similar pero sí, sé perfectamente lo que es, como todas que llevamos una larga trayectoria en este proyecto de “Ser Madres”. Allá vamos.
En mi 38 cumpleaños, mi pareja y yo decidimos dar el paso de tener una familia. Es cierto, tardamos en decidirnos porque éramos un poco PeterPanes, queríamos hacer muchas cosas antes y estar seguros del paso y como muchas parejas hoy en día ignoramos el paso del tiempo. ¿Ignorancia o Egoísmo? Tal vez un poco de los dos pero el tiempo ha confirmado que la ignorancia pesó más. En cualquier caso, yo y muchas de las que comenzamos tarde, muy tarde, creo que nos sentimos bastante culpables por nuestro error como para que alguien nos lo recuerde.
Como iba diciendo, pensamos que sería fácil porque mis dos hermanas se habían quedado embarazadas mayores y en mi caso no tenía por qué ser diferente,… pero sí, sí lo fue, los meses fueron pasando sin ninguna novedad.
Como tenemos un familiar que es médico, hablamos con ella para que nos diera más información. De hecho, hasta nos agilizó las analíticas para que no perdiéramos tanto tiempo. En aquel momento, ella nos confesó que estaba embarazada pero que también se había obsesionado un poco con conseguir el embarazo y que incluso se había hecho una prueba que se llamaba “histerosalpingografía”. Es curioso, como juega la memoria, recuerdo perfectamente todo lo que dijo ¿Cómo era el nombre? ¿Histeroqué?
Con 39 años + 1 día fuimos a la cita con la ginecóloga que nos habían dicho que era la mejor de mi ciudad para qué nos hiciera un diagnóstico de fertilidad. Le dimos las analíticas y empezamos a contarle. Sin previo aviso me dijo que tenía Síndrome de Ovario Poliquístico. ¿Cómo? ¿Por qué? Si no me había hecho una sola prueba. Porque tenía bello.
- Perdone, pero este bello es hereditario, con 18 años me hicieron pruebas endocrinas y simplemente tengo bello porque mi madre y mis hermanas también lo tienen.
- En cualquier caso, tu principal problema es la edad, deberías ir directamente a FIV. ¡¿Quéee?!
Volvimos a casa sin hablar, nos habían echado un jarro de agua fría por encima que no esperábamos, íbamos a por un diagnóstico y ver qué se podía hacer y, de repente, nos habían eliminado de la carrera antes de empezar a correr.
Cuando nos rearmamos, decidimos ir a la seguridad social ya que teníamos la impresión de que habían ido a vendernos un tratamiento de reproducción asistida y desconfiábamos de la privada. Lamentablemente, en la seguridad social lo que nos dijeron fue:
- Lo siento pero con tu edad, ya no entras en los tratamientos de reproducción asistida. Si queréis podéis probar unos meses con omifin a ver si pasa algo.
Otra vez sentí el sello en mi mente,… CADUCADA.
De todos modos, decidimos probar un tiempo con el tratamiento de omifin, había que intentarlo.
Los 40 se iban acercando, yo no era madre y empezaba a sufrir por ello, así que decidimos ir para adelante con la fiv tal y como nos habían sugerido. Volvimos a la misma médica, pensando solamente en que nos habían dicho que era la mejor y que a fin de cuentas había tenido razón, YO ERA MAYOR.
En diciembre de 2011, me sometí a mi primera fiv. Todo parecía que iba bien pero el día de Nochebuena, empecé a sentir pinchazos. El dolor continuó el día de Navidad pero no sangraba. Llegué a la beta sin haber sangrado, lo cual era una buena señal pero fue negativa.
Lloramos, curamos las heridas y en marzo volvimos a la carga, habíamos ahorrado un dinerillo y el tiempo corría en nuestra contra, había que darse prisa,… Negativo.
A finales de junio, después de los exámenes, era el mejor tiempo para un tercer intento, nos iríamos unos días a la playa a estar tranquilos…
Unos días después de la transferencia fui a casa de mi madre, ella se iba al dentista y decidí acompañarla. Subimos al autobús y nos sentamos. Todavía me acuerdo de la conversación, mi madre me contaba que había fallecido un futbolista que se llamaba Miki Roqué y que Pujol, el del Barca, le había ayudado mucho,… pero empecé a notar como vibraba el autobús y empecé a sentir miedo. Me bajé en la siguiente parada y aquel mismo día empecé a sentir pinchazos. ¿Por qué habría ido a acompañar a mi madre? Sentí que todo iba mal, me vine abajo, me hundí en el abismo incluso faltando una semana o más para la beta.
Mi madre me llamaba y yo no podía parar de llorar. A los dos o tres días empecé a estar mejor, mi madre quería que fuera a comer, supongo que simplemente quería saber que estaba bien. Le dije que iría el lunes.
El domingo me llamó mi hermano para decirme que mi madre le había telefoneado diciéndole que se encontraba mal y que si podía ir adelantándome yo porque él estaba trabajando. Fui inmediatamente y cuando llegué mi madre estaba quietecita, esperando que llegara. Fuimos al consultorio de guardia porque ella tenía miedo de que le ingresaran pero allí nos dijeron que teníamos que ir al hospital, que había tenido una subida de tensión muy fuerte. Al rato de estar en urgencias, empezó a dolerle la cabeza. Empezaron a hacerle pruebas y yo veía a los médicos hablar fuera del box y empecé a intuir lo que pasaba. Mi madre había tenido fallos de memoria en los últimos días, fallos no habituales, creo que quizá debido a la preocupación por mí. Los resultados lo confirmaron, mi madre tenía un ICTUS... A los 15 días, en una preciosa noche de luna llena de agosto, mi madre se marchó… La beta unos días antes había salido NEGATIVA.
¿Por qué cuando yo estaba buscando ser MADRE, tenía que perder a la mía? Yo necesitaba que alguien me quisiera mientras esperaba que llegara alguien a quien querer tanto como ella me quería a mí… No podía más, no entendía tanto dolor, tenía que abandonar.
El tiempo iba pasando y aunque el dolor era fuerte, poco a poco fui recobrando las fuerzas. Decidí que al siguiente verano retomaría un proyecto que había dejado aparcado hacía mucho tiempo, me iría de ong, necesitaba reencontrarme conmigo misma y ver hacia dónde iba.
Mientras tanto leía alguna noticia de fertilidad en algún medio de comunicación y así descubrí a Alejandra Vidal Olmos y su “Puesta a parir”. Decidí buscar más información, algo en lo que creía que había fallado, y crear mi alter ego Julieta en twitter y facebook para que nadie supiera quien era. Poco a poco conocí a Ale, a Berta, a Noe, a Paula, etc. Para mí, fueron una bendición porque yo todavía estaba muy mal, todavía no estaba preparada, apenas habían pasado 6 u 8 meses, pero estar rodeada de mujeres que tenían el mismo problema que yo, que sufrían como yo, con historias mejores pero también peores que la mía, me hizo reconstruirme más rápido, … y LLORAR… y VOLVER A REIR.
De todos modos, yo ya tenía decidido irme de ong a la India, así que no cambiaría mis planes pero quería hacerme pruebas para ver cómo estaba, cuales eran mis posibilidades con mis óvulos (podéis imaginar lo que me dijeron) y si no había, utilizar ese impasse en Oriente para ver si estaba plenamente convencida de seguir adelante con óvulos de donante. No las tenía todas conmigo y creía que era importante estarlo.
Y de repente, 15 días antes de irme, tengo un cólico que me obliga a cancelar mi viaje a la India,… Tenía tantas ganas,… era lo primero con lo que me había ilusionado después de un año,…
El resto, ya lo sabéis, innumerables tratamientos, pruebas y médicos para averiguar el problema… pero el destino es caprichoso y me tenía reservada otra sorpresa. Mi problema terminó tornándose ginecológico y por fin descubrimos que tengo las trompas obstruidas, que quizás las tuve siempre. Aquello que con una simple prueba se me tenía que haber diagnosticado cuatro años antes, se me confirmaba ahora.
La edad nunca fue el factor más importante de mi infertilidad. Quizá soy infértil hace mucho tiempo pero no lo sabía. Creo que todo esto me ha hecho aligerar la carga de culpa que sentía, algo que creo que arrastramos todas la que somos un poco más mayores y que es una pesada losa que debemos aprender a quitarnos.
¿Y ahora qué?
Pues puedo tomarme fatal este último episodio, pensar que he perdido otro año y gastar un montón de tiempo, dinero y energía en algunos asuntos o reconvertirlo en algo positivo y pensar que el destino tenía reservado este camino para mí.
Mi nueva ginecóloga piensa que es muy difícil por mi edad pero también piensa que hay muchos factores que hasta ahora no conocíamos y que si bien no hay que hacerse muchas ilusiones, no es descabellado intentarlo una última vez.
Creo que estoy Loquita y que soy la peor inversora de este mundo pero después de todo lo que he pasado, cuando yo ya había aceptado que las cosas fueran de otra manera, creo que me merezco esta oportunidad, creo que me merezco intentarlo de nuevo…así que VUELVO A LA LUCHA!!! y si no funciona, todo este sufrimiento ya me habrá preparado para el siguiente paso pero creo que tengo que intentarlo una vez más.
Respecto a vosotras, os quería pedir algo,…
- Que os dejéis aconsejar por los médicos pero también que les cuestionéis si es necesario, a veces se “les” y se “nos” olvida que son humanos.
- Que seáis comprensivas con las que somos más mayores, aunque sean famosas, no sabemos las historias que esconden detrás y todos buscamos apoyo.
- Y finalmente que cuando vuestra mami diga algo inapropiado u os llame por quinta vez en el día durante la betaespera o la ecoespera para ver cómo estáis, seáis amables con ellas, las tranquilicéis y, sobre todo, sobre todo, las QUERAIS.
TE QUIERO MAMÁ.
Un abrazo chicas.